Relata Bernardo que el tránsito de la escuela industrial a la UON no fue un proceso abrupto. Según su interpretación: -La idea de la creación de nuestra universidad fue de dos viejos profesores del Otto Krause, el Ing. Klein y el Ing. Pezzano. Ellos pensaron una universidad para los egresados de las escuelas industriales de la Nación y la diseñaron como una escuela secundaria. No como la universidad que es la gran aula, donde el gran señor profesor da la clase magistral. Por eso no notamos un cambio tan tremendo-. Y agrega: -Teníamos clases diferentes a las universidades tradicionales, que eran clases magistrales. Se llamaba "sistema seminario" al sistema por el cual uno iba como alumno, se sentaba en un banco y el profesor dictaba la clase frente a un pizarrón-. Sin embargo, aclara con entusiasmo: -Ojo que los profesores eran de altísima calidad y de muy buen trato. No recuerdo todos los apellidos ahora pero eran de renombre. Por ejemplo el Ing. Falco y el Ing. García-.
En relación a los trámites de ingreso confirma que fueron sencillos: -Recuerdo que fui a la secretaría. Yo ya sabía que tenía que presentar un certificado de trabajo y mi libreta de sexto año como egresado de la escuela industrial. Con eso me inscribí. El ingreso fue fácil, simple-.
Bernardo cuenta que luego de trabajar cursaba casi todos los días, inclusive algunas veces los sábados: -Entraba al taller y a la oficina a las ocho de la mañana. A las cinco de la tarde me iba rajando a mi casa, tomaba una muy buena merienda y de ahí iba a Medrano. Pero en los dos últimos años, en vez de Medrano, cursamos en el Colegio Normal de señoritas, de Córdoba y Riobamba, que nos prestaban aulas a la noche-.
Las repercusiones políticas: el golpe de Estado de 1955 y el proceso de cambio de nombre a UTN
Recordando el impacto de los procesos políticos de la época, Bernardo relata: -Yo entré en marzo de 1955. La famosa Revolución Libertadora fue en septiembre de ese año. Cuando sucedió, un gran grupo de estudiantes, y eso lo vi con mis ojos, sacó al Decano a patadas y escupitajos a la calle. El Decano era un muy buen hombre, que no molestaba a nadie, pero lo sacaron a patadas-. Luego de este suceso señala: -No recuerdo quién tomó el mando de la universidad pero continuamos las clases con los mismos docentes-.
Y agrega: -Después del cincuenta y cinco, cada tanto había una Asamblea para tratar el tema del cambio de nombre (de UON a UTN), para explicar cómo iba el trámite en la Cámara de Diputados. El nombre se quería cambiar porque no había obreros, todos éramos técnicos-. (…) El Ing. Cartasso, que era profesor de ingeniería legal, iba al Congreso e influyó enormemente para lograr que saliera la ley de la Universidad. Él, junto con un tal Favaro que era mi compañero, y un muchacho de otro curso de apellido Aristegueta, fueron los grandes hacedores de la ley y eso se lo recuerda poco-. A su vez comenta que las Asambleas, realizadas en el Aula Magna de Medrano, contaban con una gran participación y eran presididas por alumnos que tenían formación política pero que no mezclaban su pertenencia partidaria con los encuentros.